¿Desde qué edad diferenciamos los sonidos similares de nuestra lengua materna?

El lenguaje es algo tan humano, tan común, tan natural, pero al mismo tiempo tan complejo y tan fascinante, que aún no se han revelado muchos de sus mecanismos. Hoy conoceremos un pequeño pasito, pero que ha dejado una huella indeleble, acerca de a qué edad diferenciamos variantes de un sonido prototípico en nuestra lengua materna. Este paso lo dieron, en 1992, Patricia K. Kuhl, Karen A. Williams, Francisco Lacerda, Kenneth N. Stevens y Björn Lindblom con un artículo en Science. Veamos.

Introducción
Kuhl et al. empiezan su artículo citando el hecho de que, al comienzo de la vida, los bebés humanos muestran un patrón similar de percepción fonética independiente del entorno del lenguaje en el que nacen (Eimas et al., 1987). Ya en la adultez, la experiencia lingüística tiene un profundo efecto en la percepción del habla: la exposición a un idioma específico resulta en la reducción de la habilidad para percibir diferencias entre sonidos del habla que, en el idioma propio, no diferencian entre palabras. En otras palabras, sintetizan Kuhl et al., los adultos muestran un patrón de percepción fonética que es específico a su lengua materna, mientras que los bebés inicialmente muestran un patrón universal.

Como los estudios -en ese momento- sugerían que los efectos de la experiencia lingüística en la percepción fonética ocurrían alrededor del año de edad, coincidiendo con la edad en la cual los niños comienzan a adquirir los significados de las palabras, se había propuesto que el cambio a partir de un patrón universal de percepción fonética de la lengua a uno que es específico a la misma era causado por la emergencia de un hito en el desarrollo lingüístico del niño, a saber, el entendimiento de que las unidades fonéticas se usan distintamente para especificar diferentes significados de palabras (Werker & Tees, 1988).

Sin embargo, como un cambio en el paradigma, Kuhl et al. muestran aquí que a los 6 meses, mucho antes de la adquisición del lenguaje [alrededor del año], la percepción fonética de los bebés es alterada por la exposición a una lengua específica.

Específicamente, el presente estudio se enfocó en "prototipos" fonéticos, sonidos del habla que son identificados por hablantes adultos de un idioma dado como representantes ideales de una categoría fonética dada. Explican Kuhl et al. que los experimentos con adultos han mostrado que los prototipos fonéticos funcionan como "imanes perceptuales" en la percepción del habla. El efecto imán causa que otros miembros no prototípicos de la categoría sean percibidos como más similares al prototipo de la categoría, que entre ellos mismos, aunque las diferencias físicas reales entre los estímulos sean iguales (Grieser & Kuhl, 1989).

Objetivo
Estos investigadores se preguntaron si era necesaria la experiencia con un idioma específico para que bebés de 6 meses de edad mostraran el efecto imán con las vocales prototipo del propio idioma o si mostrarían dicho efecto para todas las vocales prototipo, independientemente de la experiencia con el idioma.

Método
Sesenta y cuatro bebés de 6 meses de edad fueron evaluados, 32 en Estados Unidos y 32 en Suecia. En cada país, 16 bebés fueron entrenados y evaluados con el prototipo /i/ del inglés americano (como en la palabra "fee") y 16 fueron entrenados y evaluados con el prototipo /y/ del sueco (como en la palabra "fy")*. Las vocales prototipo fueron sintetizadas por computador y después fueron modificadas para crear 32 variantes adicionales que fueran acústicamente similares, pero no idénticas, a cada una.

El efecto imán fue evaluado a través de la medición de la percepción, que tienen los bebés, de la similitud entre cada prototipo y sus variantes

Kuhl et al. explican que, los bebés, sentados en las piernas de su mamá o papá, observaban a un experimentador sentado a la derecha (del bebé), el cual manipulaba juguetes que no emitían ningún sonido. Mientras tanto, cada bebé escuchaba cada una de las vocales prototipo (la /i/ del inglés americano o la /y/ sueca), repetidas continuamente cada 2 segundos desde un parlante localizado a la izquierda del bebé. 

En la fase de entrenamiento o habituación [previa al experimento y necesaria para su realización], los bebés aprendían a producir un giro de cabeza hacia el parlante cada vez que escucharan un cambio en la vocal prototipo. Durante algunos ensayos, la vocal prototipo era cambiada a una de sus variantes. Si el bebé giraba la cabeza, su respuesta era recompensada con la aparición de un oso que tocaba un tambor en miniatura [algo así como el conejo de los comerciales de las pilas Energizer…tal vez lo recuerden].**

La fase de evaluación comprendió 64 ensayos: 32 ensayos de cambio (uno para cada variante de la vocal prototipo) y 32 ensayos control, presentados en orden aleatorio. La indicación del efecto de imán perceptual fue el grado en el cual los bebés respondían a las variantes de cada prototipo como si fueran idénticas a ese [o sea, no girando la cabeza hacia la izquierda], o sea, los ensayos en los cuales los bebés no detectaban una diferencia entre un prototipo y sus variantes [recordemos que el efecto de imán se refiere a la asociación de variantes no prototípicas con un prototipo, lo que resulta que aquéllas queden en la misma categoría de éste; ver último párrafo de la Introducción].

Resultados
Según Kuhl et al., los resultados confirmaron que la experiencia lingüística en la primera mitad del primer año de vida altera la percepción de los sonidos del habla. Los bebés de ambos países mostraron un efecto imán significativamente más fuerte por el prototipo de su propia lengua materna:

Los bebés estadounidenses:
- Percibieron la /i/ del inglés americano como idéntica a sus variantes en el 66,9% de todos los ensayos.
- Percibieron la /y/ sueca como idéntica a sus variantes en el 50,6% de los ensayos.

Los bebés suecos:
- Percibieron la /y/ sueca como idéntica a sus variantes en el 66,2% de todos los ensayos.
- Trataron a la /i/ del inglés americano como idéntica a sus variantes en el 55,9% de los ensayos.

Discusión
Según Kuhl et al., sus hallazgos demuestran que, a los 6 meses de edad, los bebés muestran un fuerte efecto imán sólo para los prototipos fonéticos de su lengua materna. A esta edad, los prototipos de lenguas extranjeras han comenzado a funcionar como no-prototipos en la lengua materna.

Kuhl et al. añaden que, con este estudio, se puede concluir que la aparición inicial de un patrón de percepción fonética específico al idioma no depende de la emergencia de fonología de contraste o del entendimiento del significado de una palabra. Más bien, las categorías fonéticas que son específicas a la lengua de un bebé pueden emerger, inicialmente, a partir de una capacidad cognitiva y proclividad subyacente a almacenar en la memoria estímulos biológicamente importantes y de la habilidad para representar la información en la forma de un prototipo.

Finalmente, Kuhl et al. explican que la experiencia lingüística reduce la distancia perceptual alrededor de un prototipo de la lengua materna, en relación con un no-prototipo, causando que el prototipo asimile perceptualmente otros sonidos similares.

Conclusión
Kuhl et al. concluyen que los bebés demuestran una capacidad para aprender simplemente por estar expuestos al lenguaje durante la primera mitad del primer año de vida, antes del tiempo en el que dicen palabras con significado. Los prototipos fonéticos, entonces, parecen ser piezas perceptuo-cognitivas fundamentales en vez de productos resultantes de la adquisición del lenguaje.

En síntesis, la conclusión principal es que la experiencia lingüística altera la percepción fonética a una edad inesperadamente temprana, lo cual tiene implicaciones para las teorías de la percepción del habla y el desarrollo del lenguaje.

* Ve al traductor de Google y escribe cada una de esas palabras en el idioma respectivo, para que veas cómo suenan.
** Para una demostración de cómo se realiza dicho paradigma, ve a youtube.com y observa desde el minuto 1:55 hasta el minuto 3:00. Si no entiendes inglés, no importa, pues es sólo para ilustrar de manera visual cómo es el procedimiento.

Kuhl, P.K., Williams, K.A., Lacerda, F., Stevens, K.N., Lindblom, B. (1992). Linguistic Experience Alters Phonetic Perception in Infants by 6 Months of Age. Science, 255. pp. 606-608.


Comentario
Bien, esta fue la presentación del artículo de hoy. Sí, no es casualidad, hoy celebramos el día del idioma español. Por eso, como homenaje a nuestro idioma, quise que revisáramos este trabajo, un gran clásico de la psicología del desarrollo y de la investigación en lenguaje.

Con un paradigma comportamental increíblemente ingenioso y sencillo, como lo es el de la habituación, Kuhl et al. lograron mostrar que, a los seis meses de edad, los bebés son capaces de mostrar el efecto imán entre las variantes de un sonido prototípico y el sonido prototípico si éste pertenece a su lengua materna (la lengua con la que ha crecido toda su vida...o sea en los últimos seis meses -¡qué ternura!-). Tal "efecto imán" se tradujo, en el estudio, en que los bebés miraron menos hacia donde saldría el osito con el tambor, cada vez que escucharon la transición entre una y otra variante de su propio idioma (inglés para los bebecitos "gringos" y sueco, para los bebecitos suecos) porque no percibían cambio entre ellos. En cambio, los bebés no mostraron tal efecto imán para los sonidos de la lengua extraña. Por eso, los investigadores concluyeron que la experiencia lingüística altera la percepción fonética y que ésta no es el resultado, por ejemplo, de aprender los significados de las palabras, pues se da a una edad muy temprana.

Este estudio ha sido, sin duda, un estudio muy influyente en toda la literatura sobre adquisición y desarrollo del lenguaje. Por supuesto mucho trabajo y avances han habido después de él, pero teníamos que conocerlo primero para entender y juzgar mejor los nuevos hallazgos. Sólo me queda la pregunta de qué tan interesante o importante puede ser que los bebés sí hayan detectado diferencias entre las variantes y el prototipo en la lengua extraña...claro que fue casi al nivel del azar...En fin. Si alguien tiene una respuesta, ¡sería genial conocerla!

Por último, como dato aparte, no olvidemos que en español podemos hacer una diferencia entre "lenguaje" y "lengua": "lenguaje" es la capacidad universal a todos los seres humanos, con la que nacemos, para comunicarnos con otros seres humanos, mientras que "lengua" es el código particular de comunicación que utilizamos: español, francés, inglés, alemán, etc. (o sea, el idioma). Lo que sucede es que, quizás por las traducciones, algunas veces se tienden a utilizar indiscriminadamente. En fin. No lo olviden.


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