Error "A, no B": una explicación desde la teoría de la pedagogía natural

En 2008, József Topál, György Gergely, Ádám Miklósi, Ágnes Erdőhegyi y Gergely Csibra publicaron en Science un estudio acerca de una explicación del famoso error "A, no B" descrito por Jean Piaget, que cometen los bebés de alrededor de un año de edad. Sus resultados resaltaron la importancia de la pedagogía natural en cómo entiende (o interpreta) el bebé esa situación de esconder y encontrar objetos. Veamos un poco más en detalle qué hicieron estos investigadores.

Introducción
Comienzan Topál et al. su artículo, afirmando que las habilidades de los bebés humanos para entender el mundo físico se evalúan, generalmente, con tareas de esconder y buscar objetos [por ejemplo]. El error de búsqueda perseverativa (también llamado error "A, no B" [por ejemplo]), primero demostrado por Piaget, es un error bien conocido y demostrado, que los bebés de cerca de un año de edad normalmente cometen. 

En la tarea estándar "A, no B", un demostrador pone repetidamente un objeto bajo uno (A) de dos contenedores (A y B). Después de esconder el objeto, al bebé se le permite recuperarlo. Esto es seguido por tests donde el demostrador pone el objeto bajo el contenedor B y permite que el bebé lo busque. Sin embargo, como "ignorando" la última acción del demostrador, el bebé lo busca en el contenedor A [Ejemplo].

Topál et al. explican que se ha propuesto un amplio rango de explicaciones para tal error:
  • De acuerdo con la hipótesis original de Piaget, el error "A, no B" refleja la comprensión incompleta de la permanencia de objeto que tienen los bebés. Piaget creía que el bebé concebía la aparición del objeto bajo el contenedor A como una consecuencia inherente de la respuesta de búsqueda misma.
  • Se da por la respuesta motora implicada en la búsqueda en el lugar A, al cual se le ha dado primacía durante su ejecución repetida después de los ensayos iniciales de esconder. En esta explicación, el error "A, no B" es generalmente adscrito a un déficit en el control inhibitorio sobre una respuesta motora previamente recompensada o a limitaciones en la memoria de corto plazo o a ambos.
  • Un sesgo de respuesta establecido en el sistema de ejecución de la respuesta visuomotora durante los ensayos A repetidos.
  • Observar a otra persona alcanzando la locación A repetidamente es en sí mismo suficiente para generar el error "A, no B". En esta interpretación los errores de los bebés no reflejan su dificultad con la inhibición de la respuesta, sino un sesgo de la atención hacia la locación donde las respuestas manuales previamente observadas han sido dirigidas.
  • Observar eventos repetidos de esconder en la locación A lleva a la simulación motora automática (imitación encubierta) de la acción a través de la activación del sistema de neuronas espejo.

Según Topál et al., hallazgos recientes indican que las señales comunicativas referenciales ostensivas pueden jugar un rol de modulación de la interpretación, llevando a la codificación selectiva de los diferentes aspectos de las demostraciones de la acción en tareas de aprendizaje social. Csibra y Gergely propusieron, entonces, la hipótesis de que las señales ostensivas inducen una "estancia de aprendizaje pedagógico" en el infante, implicando un sesgo interpretativo adicional de "generalizabilidad" [que se puede generalizar]. Este sesgo asume que las manifestaciones comunicadas de manera ostensiva más probablemente expresan información semántica o genérica acerca de información referencial (en vez de episódica) que se obtiene solamente en el aquí y el ahora.

Con base en tal hipótesis, entonces, Topál et al. hipotetizaron que en el paradigma "A, no B", el sesgo interpretativo de generalización podía resultar en una interpretación pragmática errónea -de las acciones en las que se esconde el objeto- como demostraciones potenciales de enseñanza. De acuerdo con su hipótesis, afirman los autores, la interpretación errónea de los eventos -ostensivamente comunicados- en los que se esconde el objeto lleva a los bebés a cometer el error de búsqueda perseverativa durante los ensayos B.

Método
Topál et al. estudiaron el comportamiento de búsqueda de objetos en bebés en la tarea "A, no B", variando la presencia o ausencia de los eventos de esconder el objeto del contexto comunicativo social. Específicamente, los investigadores evaluaron tres grupos de bebés de 10 meses de edad (14 en cada grupo). Hubo tres condiciones [Ejemplo]: 

(a) En el contexto ostensivo-comunicativo (OC) el demostrador establecía contacto visual con el bebé, sonriéndole y dirigiéndose a él o ella con "habla dirigida a los bebés" [como cambiando la voz...como solemos hablarle, naturalmente, a los niños pequeños]. Luego, repetidamente, el demostrador escondió el objeto bajo el contenedor A mientras cambiaba la mirada entre el bebé y el contenedor para dirigir y compartir la atención del bebé hacia la acción de esconder el objeto. 

(b) En el contexto no comunicativo (NC), el rostro y el tronco de la demostradora estaban orientados 90º lejos del bebé; aunque sus manos siempre estuvieron visibles durante las acciones de esconder el juguete, la demostradora no miraba ni se comunicaba con el bebé de ninguna manera mientras escondía el objeto. 

(c) En el contexto no social (NS), la demostradora actuaba desde detrás de una cortina y el bebé sólo veía los movimientos del objeto, no las manos.

En cada condición, después de 4 segundos que seguían a los eventos de esconder, la demostradora le pasaba la bandeja de cartón con los dos contenedores al bebé y esperaba hasta que el bebé ejecutara la respuesta de búsqueda. El objeto era escondido cuatro veces en la primera locación (ensayos "A") y luego tres veces en la otra (ensayos "B").

Resultados
Topál et al. encontraron que la magnitud del error "A, no B" fue considerablemente menor en las condiciones "no comunicativa" (NC) y "no social" (NS). En el contexto ostensivo-comunicativo (OC) la tasa inicial (o proporción) de éxito bajó de 0,88 en los ensayos A a 0,19 en los ensayos B. La caída fue mucho más pequeña en el contexto NC (0,80 a 0,52) y no fue estadísticamente significativa en el contexto NS (0,78 a 0,59). 

Adicionalmente, aunque los bebés tuvieron más o menos el mismo éxito durante los ensayos A en todos los contextos, su desempeño en la búsqueda difirió significativamente a lo largo de los contextos en los ensayos B. En este caso [de los ensayos B], afirman los autores, comparaciones post-hoc mostraron que el contexto con menor éxito fue el ostensivo-comunicativo [o sea, donde más se dio el error "A, no B"].

En cuanto al análisis del número de infantes que cometieron el error "A, no B", después de haber presenciado demostraciones comunicativas ostensivas durante los ensayos A el 86% de los infantes mostró el error perseverativo durante los ensayos B. En cambio, la mayoría de bebés en los otros dos contextos (NC, 57%; NS, 64%) no mostró un patrón de respuesta perseverativa.

Discusión
Según Topál et al., estos resultados no son compatibles con las explicaciones ampliamente aceptadas actualmente para el sesgo de respuesta perseverativa "A, no B", las cuales atribuyen este fenómeno robusto del desarrollo a la dominancia (y falta de inhibición) de la prepotente respuesta motora de búsqueda. Según ellos, sus hallazgos también desafían la propuesta del priming motor dirigido por el sistema de neuronas espejo, debido a que los contextos NC y OC proporcionaron la misma cantidad de experiencia visual (y motora) de las acciones manuales repetidas de esconder los objetos en el contenedor A.

Más bien, lo que los autores sugieren es que sus resultados pueden explicarse por -y son compatibles con- la teoría de la pedagogía natural (Csibra & Gergely, 2006; Gergely, Egyed, & Király, 2007), la cual propone que las señales referenciales ostensivas tienen un papel especial de modulación de la interpretación en el aprendizaje social temprano. 

Las demostraciones de acción del paradigma "A, no B" pueden ser interpretadas o como un juego de "esconder y buscar", presentando al bebé la información episódica (aquí y ahora) acerca del paradero del objeto (interpretación correcta) o como un tipo de sesión de enseñanza que expresa información generalizable acerca de las propiedades de los objetos (juguetes o contenedores) para que el bebé aprenda (interpretación incorrecta). Según Topál et al., es este último tipo de interpretación -erróneamente establecido durante los ensayos A ostensivamente demostrados- lo que permanece dominante durante los ensayos B, llevando a las erróneas respuestas perseverativas de búsqueda.

Los investigadores añaden que su teoría no invalida el aporte de otros aspectos cognitivos. Por ejemplo, el error perseverativo se redujo, pero no desapareció por completo en los contextos NC y NS, lo que sugiere que el comportamiento de búsqueda de los bebés también depende de sus habilidades inhibitorias, de procesamiento de información y, especialmente, de memoria.

Conclusión
Según Topál et al., la teoría de la pedagogía natural ofrece una explicación para esta desconcertante tendencia a perseverar: la demostración comunicativa durante los ensayos A genera una huella de memoria semántica (potencialmente de largo plazo) que sesga a los bebés hacia la búsqueda en la primera locación cuando no tienen más acceso a la huella de memoria decaída de la locación presente ("B") o cuando su capacidad de procesamiento de información se encuentra sobrecargada. Además, el efecto de primacía del aprendizaje semántico (en oposición al efecto de recencia en la memoria episódica) les dificultó a los bebés aprender la nueva locación en los ensayos B.

En conclusión, Topál et al. proponen que la sensibilidad a la comunicación referencial ostensiva es una adaptación evolutiva fundamental para la emergencia de la cognición social humana.

Referencia:
Topál, J., Gergely, G., Miklósi, A., Erdőhegyi, A., and Csibra, G. (2008). Infants' Perseverative Search Errors Are Induced by Pragmatic Misinterpretation. Science, 321 (5897). pp. 1831-1834.


Comentario
Bueno, este fue el artículo de hoy. Antes de comentarlo...¡Qué ternura! ¿Verdad? Los estudios con bebés son muy hermosos, pues todo tiene que ser bello, tierno y atractivo para que ellos puedan cooperar. ¡Y es literalmente imposible obligarlos a participar! En fin. Después de este "ataque" de ternura y dulzura que inspiran los bebés, entremos en materia. ¿Qué les pareció? Bueno, pues algo sí es claro: los resultados hablan solitos. Claramente, la influencia de la comunicación con el adulto es fundamental para la comisión del error "A, no B". ¡Es genial! ¡Impresionante! 

Sin embargo, tengo varios peros o preguntas. Por ejemplo, las condiciones no tuvieron el mismo "peso". Es decir, si ellos querían probar la teoría de la pedagogía natural, lo lógico es que hubieran puesto más gradientes entre las condiciones, y no tan tajante diferencia de tener en una todos los aspectos de la comunicación y en la otra no tener ninguno. Me explico, hubiera sido más apropiado tener, por ejemplo, una condición con comunicación "florida" u ostensiva, como la llaman ellos; otra condición con comunicación "seria"; aún otra condición con comunicación no verbal solamente, etc., etc. Sé que complicaría aún más las cosas y haría más difícil el estudio, pero creo que definitivamente es necesario hacerlo con gradientes, sobretodo antes de dar la explicación que ellos están dando acerca de la "pedagogía natural".

Por otro lado, ¿no les parece un salto gigante el que los bebés estén "interpretando" cosas? ¿A qué horas hacen su interpretación y la "conectan" con su respuesta? ¿Por qué todos los bebés interpretan lo mismo si la interpretación es algo subjetivo? ¿En qué lenguaje ponen la interpretación (pues evidentemente no es en palabras aún)? ¿Cómo se explicaría cerebralmente o qué mecanismos cerebrales respaldarían tal asunción? Este es uno de los aspectos que no me gustan del artículo (no del estudio, sino del artículo), puesto que los autores están atribuyendo funciones o características que no son directamente -ni indirectamente- observables y de los que ni siquiera se tienen indicios.

Finalmente, me parece un poco -bastante- confusa y rebuscada la explicación que ofrecen a todo el fenómeno: en el título dicen que es una "interpretación pragmática errónea", a lo largo del artículo dicen que la explicación está en la "pedagogía natural" que es permitida por la manera como se comunican los adultos con los bebés durante la primera parte de la actividad (locación "A") y al final dicen que la "sensibilidad a la comunicación referencial ostensiva" es una adaptación evolutiva. Más aún, el método se refiere más a la comunicación, pero al mismo tiempo no desglosan qué aspectos -específicamente- de la comunicación o cuáles son los que hacen la diferencia. En suma, la "historia" que el artículo cuenta no es impresionantemente clara...quizás porque el contenido mismo de dicha historia no lo es. De cualquier forma, estoy segura de que tienen que haber explicaciones más simples o parsimoniosas, y fundamentadas, para sus resultados.

En fin. A pesar de la interpretación que los investigadores le dan a sus hallazgos, que a mi juicio es innecesariamente complicada, el estudio en sí es muy bonito, ¿no les parece? ¡Comenten sus ideas al respecto!

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